A Dos Años; Sin Respuestas
El 25 de enero de 2016 nuestro compañero
Ramón de Jesús Ramírez “CHIRO”, sufría aquel trágico accidente
EVITABLE que desnudaba la realidad de las condiciones de trabajo en el
astillero. La dolorosa tragedia puso de manifiesto en los hechos la falta de
compromiso con la seguridad e higiene por parte del gobierno y del conjunto
llamado “compañeros de carrera” que consientes de las numerosas posibilidades
de desgracia en los puestos de trabajo no propusieron a partir de entonces un
plan realista sobre cómo garantizar reglas claras y recursos suficientes para
proteger la salud de los que realizan tareas en los sectores más comprometidos.
Las desgracias en ocasión de trabajo están teñidas de tragedia para toda la
familia del astillero y denuncian que los operarios que realizan las tareas en
lugares peligrosos son personas que necesitan protocolos idóneos e insumos
indicados para el trabajo que desempeñan debido a los peligros y riesgos
laborales de cada oficio. Como cualquiera de los empleados de la empresa los
obreros de producción y mantenimiento no somos materia de descarte. Por caso, y
para ilustrar, Ramón de Jesús Ramírez “CHIRO”, era también padre,
esposo, hermano y sobre todo, un ser humano intachable. Lamentamos con profundo
dolor de esa pérdida.
Institucionalmente, su muerte nos dio esa cachetada
fundamental que nos despertó a muchos y nos mostró lo miserable que podemos ser
como conjunto, permitiendo el manoseo de los que no se hacen cargo desde los
espacios de poder y dejan mucho que desear pero que cobran suntuosos salarios.
Muy pocos avances hemos logrado desde la
pérdida del Chiro. Los cambios discutidos y propuestos en materia de seguridad
e higiene que intenten seriamente combatir y minimizar las tragedias laborales,
han caído en el olvido. Somos nosotros, los trabajadores, los que siempre
estamos reclamando por las condiciones sabiendo que aumentan las posibilidades
de accidente con cada fracaso de los responsables. Esta realidad nos aqueja
constantemente solo hace que la sumatoria de errores, desidia y complicidad
formen el ambiente que propicie otra desgracia como la de aquel 25/01/2016.
Porque así se formuló el caldo de cultivo de aquel accidente.
Debemos ser conscientes de que no
podemos dejar que desde los espacios gremiales los conversadores negocien
nuestras condiciones de higiene y seguridad por nada del mundo. QUE LA
SEGURIDAD E HIGIENE NO SEA UN SLOGAN DE CAMPAÑA, VACÍO DE INTENCIONES. Esos
discursos solo dilatan nuestra realidad y nos llevan a un cuello de botella que
nos hará tropezar nuevamente con la misma piedra, ya que nuestra vida es la que
corre peligro.
No dejemos que abusen de nuestro sentido
de pertenencia. Después de dos años muchas cosas han pasado entre promesas y
reuniones pero nada cambió. Solo fueron palabras que maquillaron el momento y
que como todo en el consumo, fueron desplazadas con la frescura de la novedad
de los problemas de la realidad de la provincia, del país y del astillero. PERO
EL CHIRO NO ESTÁ Y LAS CAUSAS DE SU MUERTE SIGUEN ESTANDO VIGENTES PARA TODOS
LOS TRABAJADORES DEL ASTILLERO.
Hagamos valer nuestros derechos como
trabajadores amparándonos en nuestro convenio colectivo de trabajo que es la
herramienta fundamental que tenemos para discutir con todos aquellos que
quieren avasallar nuestra fábrica.
Somos y seremos siempre los trabajadores los que llevemos las bandera de aquellos que nos dejaron, por eso este 25 de enero; a dos años de su partida injusta levantemos bien alto la memoria y la bandera de “CHIRO PRESENTE” para que sepan que no nos olvidamos de él y de Ninguno de Los Compañeros que un día Vinieron al Astillero a Ganarse la Vida y Cumpliendo sus tareas, La Perdieron.
Que nunca más se vuelva a imponer el absurdo de ir a trabajar y perder la vida en ello. Nunca más
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